No aceleró nunca. Le costó mantener las revoluciones. Sufrió problemas de motor. Y salvo en los primeros minutos del segundo tiempo, no lo pasó a nafta. La metáfora sirve para explicar la producción de River ante Temperley. Se vio un equipo gasolero, austero en lo que es la generación de juego y por eso sufrió para quedarse con los tres puntos. El gol de Scocco, en una de las pocas ocasiones del partido en las que un volante de River pudo romper líneas por adentro (el Pity Martínez) sirvió para llevarse los tres puntos del Sur aunque en el juego, el Millonario quedó en deuda.
Se notó que a Gallardo no le gustó lo hecho por su equipo en el primer tiempo. Si bien River ganaba, el DT metió mano en el entretiempo: Nacho Fernández y Carlos Auzqui afuera, Enzo Pérez y Ariel Rojas adentro. La idea era lograr otro circuito de juego luego de los 45 minutos iniciales en los que a River le costó hacerse dueño de la pelota y administrarla con fluidez. En ese lapso se mostró como un equipo muy ordenado, sin el desorden característico de este equipo para que el rival no tenga referencias de marca. Sólo la activa participación de Scocco, claro para salir y entrar, y algunos chispazos del Pity preocuparon algo a la defensa de Temperley. Con los laterales algo retenidos y siendo espeso a la hora de manejar el balón, los de arriba no contaron con muchas chances de poder desequilibrar en un contexto propicio para tal fin.
En el arranque del complemento, dos jugadas en los primeros tres minutos marcaron otra actitud. Fueron dos chances claras de Alario. Una en sus pies, en un mano a mano que le tapó Josué Ayala. Y otra en su cabeza, con un testazo cruzado que el arquero del Celeste sacó al corner con bastante esfuerzo.
Salvo esa ráfaga, y una posterior entrada de Borré por la izquierda que terminó con su definición tres dedos en el palo, River no dio la sensación de dominar el partido. El Gasolero, con más actitud que juego, es cierto, intentó meterlo en su propia área y gozó de algunas situaciones como para agigantar la figura de un muy seguro Lux.
Sin dudas, el Muñeco deberá trabajar para aceitar el mecanismo de un equipo al que le falta potencia, elasticidad y aceleración.
FUENTE: Ole
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